Asi la llaman algunos. Otros, se refieren a la candidata, como “La Lula de Brasil”. Lo cierto es que ésta mujer de 56 años, tiene grandes posibilidades de convertirse en la próxima presidenta de su pais.
Hoy en 365 Días de Valentía Moral, haremos referencia a Maria Osmarina Silva Vaz de Lima, conocida popularmente como Marina Silva, Profesora de Historia, Política, Activista Ecológica. Y lo más resaltante, ahora también candidata a la presidencia de Brasil. Por cierto, que en el momento de inscribir su candidatura, se declaró “negra y pobre”.
Nacida el 8 de febrero de 1958, en la comunidad Breu Velho, en el estado Amazónico de Acre, al norte de Brasil, Marina ha debido batallar contra la adversidad desde su infancia.
Estuvo desde su llegada al mundo, rodeada de pobreza; sobrevivió a tres hepatitis, cinco malarias, y una enfermedad cutánea llamada leishmaniasis.
Junto a sus diez hermanos, Marina se crió entre recolectores de caucho, debiendo salir desde temprano a trabajar en la recaudacion del látex, extraido de las cortezas de los árboles.
Siendo adolescente, la joven brasilera, viajó a Rio Branco, capital de Acre, ingresando a los 16 años, a un programa de alfabetización, donde aprendió a leer y escribir, para también ingresar por entonces, en un convento católico. Luego se graduaría como profesora de Historia.
La multifacética y movida Silva, se desempeñó en diversos trabajos más…Desde empleada doméstica, pasando por sindicalista, senadora, para finalmente llegar a ministra.
Fue una luchadora activa junto al líder del caucho, Chico Mendes, y participó en la resistencia pacífica contra la deforestación. Con Chico, fundó la Central Única de Trabajadores en Acre, y trabajó a su lado hasta el asesinato de éste en 1988.
En 1994, Marina Silva se convirtió en la senadora más joven de la historia de Brasil, con 36 años, siendo reelecta en 2002.
Casada, y con cuatro hijos, (dos de un matrimonio anterior), se opone a la legalización de las drogas, la investigación con células madre, y los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Pero ha aclarado que considera una “injusticia que, cuando dos personas constituyen una vida junta, una de ellas pueda perder el patrimonio común”.
Quien en cinco semanas, podría convertirse en la primera presidenta afrodescendiente, ecologista y evangélica de Brasil, es una candidata inesperada, tras la muerte de su compañero de fórmula, Eduardo Campos, del Partido Socialista, en un accidente aéreo el 13 de agosto de este año.
Las encuestas la dan como ganadora para la segunda vuelta en las elecciones de octubre del 2014, en Brasil. Ha sido concejal, senadora y ministra del ambiente del gobierno de Lula da Silva, cargo bajo el cual redujo las tasas de deforestación amazónica.
En su bagaje, cuenta el valor de la resilencia: es una mujer a toda prueba!
Hoy, es una ferviente defensora de los recursos naturales y el desarrollo sustentable, Marina está captando la simpatía de los jóvenes y la clase media en Brasil. Pese a sus devociones, defiende el Estado laico que en Brasil rige desde 1988. Para los coordinadores de su campaña, Marina es abierta, culta y con convicción en un Estado Laico.
Considera indispensable un nuevo modelo de desarrollo sostenible, más allá de los partidos políticos, inspirado en la diversidad cultural, en la sabiduría de los pueblos, eliminando las diferencias, y dando valor supremo a la belleza.
Afirma que “Es una tarea de la civilización para conservar la vida”. Plantea “la crisis de la civilización” desde cinco grandes crisis que atraviesa el mundo: “económica, social, ambiental, política y de valores”.
Sus reflexiones para salir de esta cruda realidad pasan por el “cambio en el tejido social” y la formación de un nuevo sujeto político, el “Activista Auroral”, encarnado en la civilización, más allá de la política, de los gestos moralistas, del pesimismo o del optimismo, sino más bien de la persistencia.
Marina Silva apuesta a una nueva política en lo económico, la inclusión social, la reducción de la pobreza, y la mejora de la calidad de vida de las personas, en educación, tecnología e innovación.
Esta admirable mujer, ha estado haciendo la diferencia a través de su gestión pública, en favor de la gente en su país, y desea seguir haciéndolo, ahora desde la tribuna presidencial, tiñendo su propuesta de verde naturaleza y esperanza.
Desde nuestra página, le deseamos los mejores augurios en su anhelo de construir una mejor civilización. Feliz dia!
FUENTES
www.lanacion.com.ar › ElMundo › Elecciones en Brasil
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