Para muchos, tener un lápiz, es algo simple, sin ningún tipo de complicación …sin embargo, para otros, puede ser un milagro.
Cuando tenía 22 años, nuestro interesante personaje de hoy,decidió conocer el mundo, y hacerle una pregunta a cada niño que encontrara, en cada país que visitara.
La pregunta, siempre era la misma.
¿Si pudieras tener cualquier cosa en el mundo, que quisieras tener?
Los niños respondian…y el viajero escuchaba y se sorprendía con la variedad de las contestaciones.
“Bailar” dijo una niña en Hawai. “Hacer Magia”, contó un chico, en Hong Kong.
“Un “Libro”, contestó otra pequeña en China.
Pero entre todas las respuestas, la que mas curiosidad le provoco a Adam, llego de un niño que mendigaba en la India…
“Un Lápiz”. Sí, “Un Lápiz”.
Tan pocas palabras…y sin embargo, las suficientes para cambiar la vida, tanto de quien las pronuncio, como la de quien las recibió.
Nuestro personaje saco “un lapiz”, que tenia en su morral, y se lo entrego al chiquito. La cara del niño se ilumino!!
Hoy en 365 Días de Valentía Moral, les presentamos a Adam Braun, y su genial iniciativa, “La Promesa de un Lapiz”.
Nacido en Nueva York, el 31 de octubre de 1983, soñaba, como muchos otros muchachos, con poder llegar a trabajar en WallStreet.
Sin embargo, algo inexplicable, como una especie de “voz interna”, le decía que su vida debía tener un propósito diferente.
Sus padres y su abuela, esta ultima, su máxima inspiración, sobrevivieron al Holocausto, y le inculcaron el valor de la integridad, como cualidad fundamental, que requería ser vivida en su máxima expresión.
Adam estudió economía con el propósito de llegar a ser banquero de Inversión, y ocurrio que en su último año de la carrera, lo invitaron a ver la película “Baraka”, que significa “Bendición”.
El film lo marco y le reafirmo su necesidad de explorar el mundo y su espiritualidad, conocer otras culturas y países.
Fue justamente en su peregrinar de un lugar a otro, que sedio el mágico encuentro con el niño hindu, cuyo deseo mas preciado era tener un lápiz!
A partir de ese momento, el viajero comenzó a llevar lápices en su bolso, para repartirlos entre los niños que los necesitaran, descubriendo con esta acción, el sentido de su vida.
Eligió un camino: la educación de los niños mas pobres del mundo.
Decidió como hacerlo: construyendo para ellos, un acceso a esa educación.
Y lo mas importante… lo concreto, sobre la base que todos los chicos tienen el derecho y el deber de contar con una educación de calidad.
Aquel encuentro con el niño hindu, fue la chispa que encendio el motor, para lo que seria mas adelante, “La Promesa de un Lápiz”, una Fundación sin fines de lucro, creada por Adam, que hasta la fecha, ha construido más de 200 colegios en Asía, África y Sudamérica.
Dados los notables resultados humanitarios de su iniciativa, Braun ha sido nominado por Forbes y la Revista Wired, entre una de las 50 personas que están cambiando el mundo.
Además, el Foro de Economía Mundial y las Naciones Unidas, lo han reconocido, por sus significativos aportes a la Educación en el mundo.
El joven de tan maravillosa iniciativa, encontró el sentido total de su vida, en el instante que se dio cuenta que el mayor deseo de aquel niño hindu era...poder tener un lapiz!
Más tarde supo, por medio del padre del chico, que éste nunca había ido al colegio, pero sí había visto a otros niños escribir con un lápiz. Y eso, un lapiz, era lo que realmente deseaba poder tener en el mundo!
A su vez, Adam también descubrió lo que el mas quería en el mundo!
Concretar una obra Humanitaria.
“La Promesa de un Lápiz”, es un emprendimiento social, cargado de enseñanzas personales, empresariales y espirituales, que están presentes en el libro de su autoría, que lleva el mismo nombre de la Fundacion.
Hasta el día de hoy, ha logrado impactar notablemente a miles de niños en India, Guatemala, Nicaragua, Vietnam, y otros lugares más, a través de 15 millones de horas de educación.
Adam Braun, aquel adolescente, cuya vida estuvo fuertemente influenciada por la historia de su familia, Hace la Diferencia, cada día, y desde hace mucho tiempo, en pro de un mundo mejor.
Partiendo de la base que es la Educación la herramienta que permite llegar a tener una mejor calidad de vida, su lucha espara que los mas vulnerables puedan obtenerla.
Braun afirma: “Queremos empezar revoluciones con un lápiz y una mochila. Queremos ver más, ser más, hacer más”.
Su sensibilidad hacia “el otro”, lo ha convertido en un emprendedor social de renombre mundial. Y es todavía mucho lo que tiene y quiere darle a los pequeños menos privilegiados.
Nuestro planeta necesita de muchos Adam Braun, para alcanzar un nivel de Humanidad y Amabilidad, mayores que el que habitamos en la actualidad.
Tu, yo…unidos…Podemos Hacer la Diferencia!
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FUENTES
BUENDIARIO.COM-SOLOBUENAS NOTICIAS
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