8 de junio de 2014

HIKARU CHO, Pintando Sobre el Cuerpo, Para Decir No a la Violación y a la Agresión Sexual.


DÍA 159:



Las imágenes son sorprendentes. Una mujer sostiene la llave de su propio cuerpo; la muñeca de otra mujer desaparece y deja lugar a un blíster de píldoras anticonceptivas; en la espalda de un hombre hay incrustados un montón de libros.



Éstas son algunas de las imágenes pintadas sobre cuerpos reales por nuestro personaje dominical.

En 365 Días de Valentía Moral, hoy compartimos la obra de la estudiante y artista japonesa Hikaru Cho, en el marco de la campaña de Amnistía Internacional: "Mi cuerpo, mis derechos", que busca defender los derechos sexuales y reproductivos de todos por igual.

Hikaru diseñó cada pintura hiperrealista, expresamente para representar un derecho humano negado a miles de personas en todo el mundo.


Hikaru, quien es de Tokio, en la actualidad es estudiante de segundo año de Comunicación Visual y Diseño en la Universidad de Arte de Musashino,


Crea obras de pintura corporal totalmente surrealistas, usando tan solo pintura acrílica y abundante cantidad de imaginación, consigue que su arte sobre el cuerpo cobre vida.


Esta joven artista descubrió su talento para la pintura corporal mientras se tomaba un año sabático.

“Empece a pintar obras hiperrealistas sobre el cuerpo, porque estaba harta de ver imágenes retocadas con Photoshop, y quería comprobar hasta dónde podía llegar sin todas las tecnologías modernas”, relata Cho.

La directora del Programa de Amnistía Internacional sobre Género, Sexualidad e Identidad, Madhu Malhotra, señala que decidieron trabajar con Hiraku en la Campaña “Mi cuerpo, mis derechos”, porque su acercamiento al arte es único.

Sus imágenes se han dejado deliberadamente abiertas a la interpretación, pues es necesario promover el debate entre la gente, acerca de los derechos sexuales y reproductivo de todos los seres humanos.

“Tienes Derecho a Vivir sin Sufrir Violación ni Agresión Sexual”, es el título del trabajo asignado a la artista, por parte de Amnistia Internacional, y el cual forma parte de la campaña global “Mi cuerpo, mis derechos”, que esta Organización esta realizando por dos años.


“Cerca de 1.800 millones de jóvenes en el mundo corren el riesgo de que sus derechos reproductivos y sexuales sean ignorados. Ven su salud y su vida amenazadas por la falta de medidas de los gobiernos para garantizarles sus derechos sexuales y reproductivos, ya que existen países que consienten el matrimonio prematuro (pueden ver la nota que hicimos al respecto esta misma semana), y la violación conyugal.

También están los que criminalizan el aborto, las relaciones sexuales fuera del matrimonio y las relaciones homosexuales, llegando incluso a castigar los con la muerte”, afirma un portavoz de Amnistia Internacional”.

Veamos el caso de Khumen, quien vive en una comunidad nepalí. Tenía 15 años cuando sus padres decidieron que había llegado el momento de que se casara. Ha tenido 10 embarazos, y siempre la han mandado al establo de las vacas para dar a luz. Ha tenido que transportar pesadas cargas estando embarazada, y a veces, apenas ha tenido una semana de descanso después del alumbramiento. Como consecuencia de ello, comenzó a padecer prolapso uterino, o "caída del útero", pero la tuvieron ocho años sin tratamiento quirúrgico.

Para Anmistía Internacional, con la Campaña “Mi cuerpo, mis derechos”, se desea contribuir a que la próxima generación tome conciencia de sus derechos sexuales y reproductivos y los reclamen.

El objetivo es transmitirle a los gobiernos, el mensaje claro e inequívoco que es inadmisible, la violación de los derechos humanos.


La propia Hikaru manifiesta:
“Usted tiene el derecho de elegir a quién amar y qué tipo de familia quiere, y de vivir libre de abusos y de violencia sexual. Espero que mi arte ayude a los jóvenes a comenzar una discusión sobre estos derechos”.



Hikaru, a través de su arte, hace la diferencia, pues lo coloca al servicio de una acción que defiende la dignidad de la persona, especialmente en los más jóvenes, para contribuir a garantizarles una vida más saludable y plena.




FUENTE
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