8 de abril de 2014

DÍA 99: HABIBA SARABI, ¿Una Mujer Vice-Presidenta de Afganistán?

Hombres y mujeres somos iguales y debemos trabajar para hacerlo efectivo.
Habiba Sarabi

Mujeres a cara descubierta, alguna incluso con el velo caído sobre los hombros, un coro femenino con solista y una animadora que pedía a las asistentes que dieran palmadas más fuertes para acompañar el ritmo, mientras un puñado de hombres ajustaba los altavoces o movía las sillas.

La escena arriba descrita no pertenece a una obra teatral, ni tiene lugar en algún país occidental.

De hecho, nada de ello hubiera sido posible a principios de este siglo, cuando los extremistas islámicos gobernaban Afganistán con un puritanismo que a menudo alcanzaba la crueldad. Prohibieron la música, el sonido de los tacones y hasta las risas femeninas.

Hoy en 365 Días de Valentía Moral, presentamos con gran satisfacción a una mujer con un coraje férreo por los cuatro costados. Tal vez estemos presentando a la próxima vicepresidenta de Afganistán. Su nombre: Habiba Sarabi. Farmaceuta, de 57 años.



“Éramos cinco hermanos, y yo era la única niña. Mi padre claramente los prefería a ellos. Siempre me golpeaba sin ningún motivo. También experimenté la discriminación en la escuela por el hecho de ser niña. Los niños eran a menudo muy violentos hacia nosotras. Nos trataban de una forma totalmente injusta”.

Ella ha experimentado las consecuencias de las transformaciones de su país. Durante el régimen talibán en Afganistán, Sarabi huyó con sus hijos al vecino Pakistán, donde trabajó como maestra clandestina para las niñas en los campamentos de refugiados. En algunas ocasiones entraba a Afganistán secretamente.

Su rostro en los cárteles electorales es una doble intimidación para los talibanes que ven en Habiba a una mujer y a un miembro de la etnia minoritaria Hazara, dos inconvenientes en un país en el que no llega la reconciliación tribal y donde las mujeres no pueden salir de casa. 

Habiba Sarabi representa un auténtico Símbolo de Valentía Moral. El solo hecho de pretender ser Vicepresidenta en un país donde la mujer se ha marginalizado desde siempre, ya da cuenta de su riesgo por lo que cree.


Fue la primera mujer gobernadora en Afganistán, y busca ahora convertirse en la primera vicepresidenta, en su continuo y tenaz esfuerzo por conquistar cada vez más logros para el sexo femenino.

“Las mujeres pueden afectar la transición, la transición política", declaró Sarabi, compañera de fórmula del candidato presidencial Zalmai Rassul.

Quince entrevistadas responden que se requiere que haya un clima de paz, aumente la educación de mujeres y hombres, y se ponga fin a la pobreza extrema en que vive buena parte de la población. No quieren volver atrás…desean progreso….

La candidatura de la ex gobernadora, y ex Ministra de Asuntos de la Mujer”, pone en relieve las dificultades que afrontan las mujeres afganas, preocupadas de perder los logros ganados a pulso, en momentos en que las fuerzas internacionales de combate se disponen a retirarse del país a finales de año.


Hasta ahora, se han concentrado en conseguir los votos femeninos. El derecho a voto fue conferido a las mujeres afganas en la Constitución que se aprobó después de que la coalición estadounidense derrocara al régimen del Talibán a finales de 2001.

Sarabi, ex gobernadora de la provincia de Bamiyan, aún enfrenta el peso de los valores culturales de esta sociedad islámica profundamente conservadora. Cuando regía el Talibán, las mujeres tenían prohibido asistir a la escuela y se les obligaba a utilizar la burga, un vestido que les cubre todo el cuerpo incluida la cabeza.

“En el dominio público, he tratado de defender los derechos de las mujeres. Por ejemplo, como gobernadora de la provincia de Bamiyan, he evitado numerosos casos de matrimonios forzados y a edad temprana - tengo tantas historias que contar acerca de eso. También estuve involucrada en el establecimiento de una red de la sociedad civil por los derechos humanos y justicia en Bamiyán”, relata Sarabi.

La candidata a vicepresidenta camina por el pasillo que separa a cientos de partidarios hombres y mujeres durante un acto de campaña en Kabul. Estrecha las manos de las mujeres que llenan las sillas hacia su derecha y sólo saluda con un movimiento de cabeza a los hombres que están en el otro lado.

Ellas miran esperanzadas que la candidata triunfe. Conocen el trabajo que ha hecho durante su gestión. Ha luchado arduamente en pro de la mujer, para que estudie, aprenda de Salud…Por eso la escuchan en un mitin que hubiese puesto los pelos de punta a los talibanes.

Y Habiba representa la esperanza por su trayectoria y coraje, un auténtico emblema de Valentía Moral y que ha hecho la diferencia aún en las adversidades. Representa a las mujeres que después de haber sido invisibles durante la época de los talibanes son las que están por tener “voz”. Y esa “Voz” hoy es Habiba Sarabi.




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Fuentes:
huffingtonpost.com
www.teinteresa.es
kabulboy.webs.com

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