25 de abril de 2014

DÍA 115, ANTONI GAUDÍ, El Arquitecto que "hizo" a Barcelona.

Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica.
Antoni Gaudí

“No, por favor, retratos, no!” decia nuestro personaje. De ahí que existan tan pocas imágenes de su persona. Detestaba ser retratado.

En 365 Días de Valentía Moral,  hoy honramos a uno de los indiscutibles genios del arte del siglo XX, Antonio Gaudí, el arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán.


Antonio Plàcido Gaudí Cornet, como fue bautizado el artista, nació el 25 de Julio de 1852 cerca de Tarragona.

Desde pequeño, padeció un problema reumático que le impidió ir a la escuela y jugar con los niños de su edad, convirtiéndose en un gran observador de la naturaleza, de la que le atraían las formas, los colores y la geometría.

No es de extrañar entonces, que una de las constantes de su obra sea el amor a la Naturaleza. En las formas vivas, vegetales o animales, Gaudi encontraría una fuente de inspiración, reflejada en el uso de piedras de construcción curvas y formas orgánicas.

Antonio aprendió de su padre, el oficio de forjador, lo cual le serviría como base para el excelente trabajo con el hierro, que desarrollaría mas tarde en su carrera.



Bueno, y como dirían en el programa aquel, “Aunque usted no lo crea”,  Gaudí fue un estudiante mediocre en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Pero llegó a terminar y a recibir su diploma en 1878, y se dedico a viajar por toda Cataluña y sus alrededores.

Uno de los grandes aciertos de Gaudí, fue el de incorporar en sus obras, sus cuatro pasiones: la arquitectura, la naturaleza, la religión y su amor por Cataluña. Las utilizó con originalidad e innovación, en lo que resultó un interesante trabajo artesanal que define la personalidad de sus obras, siete de las cuales son reconocidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad.





Al principio, se apoyó en una mezcla y reinterpretación de estilos históricos, especialmente de los medievales, gótico y mudéjar(árabe); pero igualmente fue influenciado por la arquitectura francesa de los siglos XI al XVI, y los escritos teóricos de Ruskin, quien señaló en 1853 que “el ornamento era el origen de la arquitectura, despertando el gusto por las formas caprichosas y por los juegos ornamentales que darían origen al Art Nouveau”.

Es en gran parte, gracias a las creaciones de Gaudi, con sus colores intensos, formas curvilíneas, esculturales fachadas y evocadores espacios, que Barcelona es esa ciudad de fascinante imaginación y personalidad hipnótica.




Partiendo de su filosofía que una obra de arte tenia que ser seductora y universal, trabajo anticipándose en más de medio siglo a las innovaciones del diseño moderno, y dejando una huella eterna en la ciudad catalana.

Gaudí entendía la arquitectura como un arte integrador, simbólico y total  dentro del mundo natural. Es por ello que podemos afirmar que no sólo revolucionó la arquitectura, sino que además diseñó muebles, elementos decorativos con vidrio y cerámica, y empleó el hierro forjado. Todos ellos formaban parte de sus construcciones, las cuales trabajó con sus propias manos.  Buscó la luz y el color.



Coherente en su concepción globalizadora de la arquitectura, se dedicó a concretar cada detalle,  desde lo mas mínimo como unos mosaicos, hasta la proposición del mobiliario completo de cada vivienda que proyectaba.

Entre sus piezas más relevantes está el “sillón Calvet”, “la bancada del Parque Güell”, y “la silla y el banco Batlló”, donde su exuberante genio se alió a las exigencias ergonómicas en una armonía insólita.

Se puede asegurar que el trabajo llenó su vida por completo. De su personalidad tan peculiar, se pueden destacar dos temas: su religiosidad y el escaso interés que demostró por la sexualidad, según sus biógrafos.  Solo se conoce el nombre de una mujer de la que estuvo enamorado, Pepita Moreu, que rechazó la mano de Gaudí.

Antoni Gaudi fue un visionario de su tiempo que inspiró a muchos: el camino estructuralista de Pier Luigi Nervi o de Félix Candela, o el expresionismo de las últimas obras de Le Corbusier. Sin embargo, como muchas veces sucede, su arte fue menospreciado por sus compatriotas, defensores de un“catalanismo” basado en la cordura, antes que en la aparente locura del genio mediterráneo.

Para el Papa Benedicto XVI, Gaudí tuvo la valentía de atreverse a insertarse en la gran tradición de las catedrales, con una visión totalmente nueva. Presentaba a la catedral como el lugar del encuentro entre Dios y el Hombre, renovando la tradición. Es algo hermoso, para los que son religiosos, o no. Es una obra de arte llena de pequeños detalles que deja a cualquiera embelesado. Algunos críticos lo denominan "El Arquitecto de Dios"


El 10 de junio de 1992, dos arquitectos, un escultor, un escritor y un sacerdote, constituyen la Asociación Pro Beatificación de Antonio Gaudí. El cual expiró con fama de santidad. Sus restos se encuentran en la Cripta del Templo de la Sagrada Familia.

Al respecto, es interesante resaltar el testimonio del famoso Escultor japonés, Etsuro Sotoo, en la Conferencia “Los Hombres Ventanas y la Libertad en el Arte”. Sotoo, quien era budista y  fascinado por las obras de Gaudì, manifestó que descubrió la fe católica trabajando en la iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona y pidió quedarse para trabajar en la ciudad catalana como escultor y parte del equipo pro-beatificación de Gaudí.

Cuando se lanzó la idea de su Beatificación, la opinión pública mundial –católica y no católica- se mostró muy favorable. Su estampa para la devoción privada está en catalán, castellano,inglés, japonés, alemán, francés, italiano, portugués, polaco y coreano. Las próximas lenguas serán euskera, holandés, ruso y húngaro. 

Gaudí es la expresión de una fuerza vital que se materializó en el espacio y en el lugar que le tocó vivir. Una fuerza llevada al máximo de la creación artística y a la dimensión sublime del espíritu…ciertamente, un paisaje universal, lo cual permite afirmar que fue un individuo que HIZO la Diferencia. 
Se superó a si mismo. La enfermedad de chico, sus malas notas, la falta de pareja, no fueron impedimentos para convertirse en uno de los mejores arquitectos del Siglo XX.


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FUENTES
www.antonigaudi.org
www.sagradafamilia.cat

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