18 de abril de 2014

DÍA 108, FERNANDO BOTERO, El Arte de Combinar Estética y Compromiso Social.

El arte es espiritual, un respiro inmaterial de las dificultades de la vida.
Fernando Botero


A,
Gabriel García Márquez, Gabo. Un Colombiano Universal en su tránsito a la Eternidad.

Se equivocan quienes se imaginan que a sus 82 años Fernando Botero pinta solo en sus ratos libres. Su vida se consagra, en la actualidad, a pintar y a donar, ya que para él “dar es mejor que recibir." 



¿Hay alguien que no sea capaz de identificar a esas mujeres orondas y sensualmente rollizas, conocidas como las "gordas" de Fernando Botero ?

Hoy en 365 Días de Valentía Moral, disfrutaremos del placer de las formas y el color presentes en la obra de Fernando Botero. Pintor, escultor y dibujante colombiano, ícono universal del arte, su extensa obra es reconocida por niños y adultos de todas partes por igual. Es considerado el artista vivo originario de América Latina más reconocido y cotizado del mundo. 

Su sello es el uso magistral del color y los detalles de la crítica mordaz cargados de ironía y humor que lo hacen único y exclusivo a la vez: Botero es Botero. El creador de un lenguaje visual propio.

Si bien es cierto que sus pinturas más conocidas son las que representan las  “figuras regordetas” que le han dado la vuelta al mundo y se han convertido en un mito y emblema del arte, está comprometido con el deseo de mitigar la violencia de su país, y a su actitud crítica y de valentía ante la misma, actitud esta que ha trascendido a hechos más allá de Colombia, mediante su serie sobre la violencia en las cárceles de Irak.



Al respecto, señala con énfasis, “No me puedo quedar callado: el poder del arte es hacer recordar algo y espero que mi arte logre eso”.

Luis Fernando Botero Angulo, mejor conocido, como Fernando Botero, nació en Medellín el 19 de abril de 1932 y desde pequeño descubrió su gusto por la tauromaquia. Incluso, gracias a un tío, entró a clases de toreo. Tras un incidente propio de esa actividad, decidió retirarse y seguir su verdadera vocación: la pintura. 
Botero pasó su infancia en el barrio Boston, donde se destacó por su destreza con el balón de fútbol y el baile.

Su intento de torear le sirvió como inspiración para crear, a sus 14 años, el primer Botero de la historia. La imagen de un torero que vendió a las puertas de La Macarena, la Plaza de Toros de su ciudad. Dos años más tarde, en 1948, comenzó a realizar ilustraciones para el periódico  EL COLOMBIANO y ese mismo año, realizó su primera exhibición en Medellín, conocida como Exposición de Pintores Antioqueños. Luego de sus estudios en el liceo se traslada a Bogotá  donde realizó su primera exposición en solitario en la galería de Leo Matiz, con su óleo Frente al Mar, obteniendo el segundo puesto en el IX Salón Nacional de Artistas. 



Con el dinero ganado por el premio y la venta de sus primeras obras, Fernando Botero decide irse a España donde realizó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y se familiarizó con las obras de grandes maestros universales como Francisco de Goya, Diego Velázquez y Pablo Picasso. Posteriormente se traslada a varias ciudades europeas estudiando diversas técnicas de arte, llegando a Nueva York, lugar en donde muere en un accidente su hijo con sólo cuatro años, en el auto que iba conduciendo Botero, lo que hizo que cambiara su estilo y que representa en su cuadro más querido: Pedrito Botero.


Aún en estas difíciles circunstancias,  Botero comienza a consolidarse como escultor y a abrirse paso en el mundo del arte gracias a la venta al Museo de Arte Moderno de Nueva York de obras como el Obispo Dormido, una serie sobre el Niño de Vallecas, la Apoteosis de Ramón Hoyos y la Monalisa de 12 años. 

Desde el año  1996 no ha parado de exhibir sus obras en los más importantes museos del mundo. Incluso, se ha dado el lujo de tener sus obras en sitios tan emblemáticos como  los Campos Elíseos en París, la Gran Avenida de Nueva York, el Paseo de Recoletos de Madrid, la Plaza del Comercio de Lisboa, la Plaza de la Señoría en Florencia y hasta en las Pirámides de Egipto.




En 365 Días de Valentía Moral a efectos de los propósitos de nuestras Notas, haremos énfasis en el compromiso social de Fernando Botero en cuanto a sus proyectos para ayudar a mitigar la violencia en su país natal, Colombia.


Fernando Botero, con su proverbial generosidad para con su país, entregó en donación a los colombianos, a través del Museo Nacional de Colombia, un conjunto de obras en las cuales expresa su compromiso trabajando como tema el drama de la violencia, que tanto dolor ha causado.

Este conjunto se integra al programa de exposiciones itinerantes del Museo Nacional de Colombia, con el fin de que otros museos y otros públicos puedan entender el drama colombiano de los últimos años, y quizás, desde un llamado a la conciencia, evitar que los horrores de la guerra se repitan. 

Es uno de los artistas con mayores donaciones a los proyectos culturales de su ciudad, Medellín. Y esta acción constituye un ejemplo que marca la diferencia en un hombre que como Fernando Botero, aún en condiciones de éxito y fama total, no ha olvidado su compromiso vital con su tierra de origen, Colombia.




Fernando Botero nos invita, por medio de su obra, a valorar ese mundo tan personal y de tanta riqueza espiritual como es la creación artística. A sus  81 años es uno de los pintores vivos más importantes del mundo, con exposiciones permanentes en tres de los cinco continentes.  Representa la Energía Vital y Creadora….Una forma de Celebrar la Vida con vigor y arte.







FUENTES
www.biografiasyvidas.com
arte.about.com

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