31 de enero de 2014

DÍA 32: Sumito Estévez Excelencia e Integridad son los “ingredientes” que hacen de este gran chef, un emblema de Valentía Moral

“Prefiero mil veces más a alguien que entorna los ojos para imaginar texturas, que el que come en rápidos bocados sin pausa. El placer está ligado a la mesura. Por ejemplo, entender los perfumes a jazmín de un chocolate, esperar que se vaya derritiendo entre la lengua y el cielo de la boca, descubriendo su acidez, evocar, solo es posible desde la calma”. Sumito Estevez.

Nuestro personaje de hoy es el resultado de esas mezclas maravillosas -madre hindú y padre venezolano- que es frecuente encontrar en Venezuela. Nacido en Caracas en 1965, se graduó de Físico en la Universidad de Los Andes, y mientras comenzaba un postgrado, decidio “jugar por un rato” a ese sueño que desde hacia tiempo se le antojaba imposible: Ser cocinero.


Fue asi como la especialización científica quedo en el aire, y Sumito metido en las cocinas, aprendiendo y trabajando de la mano de quienes él considera los grandes maestros de su generación, Franz Conde y Pierre Blanchard. No paso demasiado tiempo y el joven caraqueño ya estaba dirigiendo cocinas de primer nivel. Lo demás es historia…
Despego con sus propias alas… abrió establecimientos, creo numerosos proyectos de asesoría gastronómica y también participo en diversos eventos gastronómicos de beneficencia.

Sumito habla del valor que tiene la Honestidad a la hora de preparar un plato.  

“Creo en aquellos platos que le gustan a su creador. No todo cocinero cocina platos que él mismo comería por gusto”.

   
Señala que en la vida hay códigos que no se escriben pero están. Son esos códigos que se mueven entre el honor y aquello que distingue la reprobación colectiva; al fin  y al cabo son códigos de ética.

Un ejemplo, y los hay muchos, de como Sumito pone en practica la ética en su vida es la apertura al público de un restaurante manejado por los alumnos de su escuela culinaria en Margarita.

“No es una operación financiera”, explica, “sino un compartir pensado para que los ingresos paguen los costos de operación y con ello garanticemos la educación integral que siempre hemos soñado”.
“Desde siempre nuestros abuelos han sabido que el código no escrito de un restaurante…es un código antiguo: servir y ser íntegros”.


Polifacético, Sumito también es autor de varias publicaciones, conductor de radio, conferencista habitual de los principales eventos gastronómicos del continente y docente en diversos espacios.

El año 2003 marcó el inicio de su carrera televisiva en elgourmet.com, donde se instaló en los hogares latinoamericanos para presentar su particular estilo de cocina fusión, rescatando los sabores de sus orígenes y de los mercados alrededor del mundo.


Ah, y un detalle final: Para Sumito ”un cocinero malhumorado no cocina correctamente”. De allí que el buen humor nunca falta en su cocina.

Sumito Estevez, gracias a su integridad moral, su ética, su solidaridad humana ha hecho LA DIFERENCIA en un mundo indiferente, y es por ello que hoy aparece en nuestra nota. Indudablemente Sumito constituye un ejemplo de VALENTIA MORAL.



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