6 de enero de 2014

DÍA 6: Edith Stein, Marcar la Diferencia: Filósofa, Judía y Atea.


A, María Silvia Cuevas

¿Por qué de no creer en Dios esta mujer pasa a un Convento de Clausura y posteriormente a un campo de concentración de Auschwitz, en donde se ofrece para salvar a una niña de la cámara de gas?


Una de las historias más fascinantes de la Espiritualidad contemporánea es la Valentía Moral de Edith Stein, judía alemana. En Breslavia 1922, es una brillante estudiante del filósofo Husserl. Luego como Filósofa debe afrontar los reproches de su familia que la acusa de haber traicionado la religión judía, al bautizarse y convertirse al catolicismo con el nombre de Teresa. Posteriormente, para incomprensión de todos se convierte en una religiosa carmelita de clausura. Una determinación contra viento y marea.

Quizás una respuesta a su transformación personal se deba al panorama de guerra que apareció en Alemania en 1914 donde muchos de sus amigos se fueron al frente. Se apuntó como enfermera voluntaria y atendió a soldados con diversas dolencias. El contacto con la muerte la impresionó. Volvió a su actividad académica pero por ser mujer no consiguió una cátedra.

Algunas conversiones de amigos y ver algunas escenas de fe pudo haber impresionado a Edith Stein. Un día tomó un libro al azar en casa de unos amigos, resultó ser - La Vida - de Santa Teresa de Jesús. Cuando lo acabó exclamó: "Esto es la verdad". En Colonia, se convirtió en Sor Benedicta de la Cruz. Luego es trasladada a Holanda por la persecución contra los católicos de origen judío.


En agosto de 1942, se presenta la Gestapo en el Convento Echt en busca de Edith Stein y su hermana Rosa, refugiada allí. Salen a destino desconocido. Todos coinciden en testimoniar la serenidad y entrega ejemplar de Edith Stein cuando se ofrece para salvar una niña en las cámaras de gas de Auschwiz.

Su apego a la libertad y a la dignidad humana fueron esenciales.

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