4 de octubre de 2014

Día 279: FRANK GEHRY

Cuando la meta es "Tocar" a la Gente, con Edificios.


A,
Gaspar Martínez Fernández
Mawarí Núñez

La Arquitectura es un arte, en el sentido que una vez terminado un edificio, éste debe ser una pieza artística, como si se tratase de una escultura.

De esta forma se expresa nuestro personaje de la nota de hoy.

En 365 Días de Valentía Moral, rendimos tributo al Arquitecto y Artista Canadiense, Frank Gerhy, ganador del Premio Pritzker, y galardonado recientemente, a sus 85 años de edad, con el “Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2014”, por “la relevancia y la repercusión de sus creaciones en numerosos países, con las cuales ha definido e impulsado la arquitectura en el último medio siglo”.


Frank Gehry, o Frank Owen Goldberg, como es su nombre original, nació en febrero de 1929, en Toronto, Canadá, dentro del seno de una familia de origen polaco, judio. Se graduó en Arquitectura, en la Universidad del Sur de California en 1954, y en Urbanismo, en la Universidad de Harvard.

Junto a su esposa y sus dos hijas, se trasladó a Paris, ciudad en la que trabajó en su carrera, e investigó la obra de Le Corbusier y otros arquitectos franceses y europeos. Finalmente, regresó a Estados Unidos, y se instaló en Los Ángeles, donde comenzó a desarrollar su estilo propio, ganando reconocimiento nacional e internacional.

Ghery es considerado como el máximo exponente de la Arquitectura Deconstructivista. Sus juegos con los volumenes, y las fachadas, preferentamente realizadas en metal, le otorgan a sus obras, una apariencia visual, caracterizada “por un caos controlado”, además de la funcionalidad total, especialmente en lo que se refiere al diseño de edificios para museos y centros culturales. Es ahí donde radica el secreto de su éxito.


Sus edificaciones son capaces de reconstruir y recrear una ciudad, como ocurrió con el Museo Guggenheim de Bilbao, o la Sala de Conciertos Watl Disney de Los Ángeles.

Cabe mencionar, a manera de anécdota, lo que dijera el arquitecto, en una entrevista reciente, cuando el periodista le mencionara el Museo de Arte de Bilbao: “Alguien me dijo que ese edificio ayudó a cambiar el clima político en el País Vasco. Una vez que fue construido, este movimiento separatista, que estaba buscando su propia identidad, tuvo de repente un ícono. La verdad, nunca lo pensé de esa manera”.

Además del prestigioso Premio Pritzker (equivalente al Nóbel en Arquitectura), las Medallas de Oro del Colegio de Arquitectos de Estados Unidos y del Real Instituto de Arquitectos de Gran Bretaña, este creador canadiense, nacionalizado norteamericano, es uno de los pocos arquitectos admirados por la crítica y el público.


Es evidente que Frank Gehry hace la diferencia, utilizando sus dones creativos para establecer nuevas maneras de acercarse y “hablarle” a la gente, a través de sus trabajos. Y no lo decimos nosotros…El mismo, habla de “comunicarse con la gente” por medio de su obra. Es asi como respetando lo clásico, igualmente se permite fluir y adaptarse, a lo que percibe como propio del lugar donde expone sus trabajos.

No obstante, debemos apuntar que sus detractores, han cuestionado algunos de sus trabajos, argumentando que "abruman los entornos donde han sido levantados, irrespetando con ello, los detalles de los contextos locales”.

A sus 85 años de edad, el “arquitecto del movimiento” , sigue navegando en los mares del mundo, asombrado de las curvas que toman formas arquitectónicas, para habitar con gracias y belleza en las ciudades de nuestro planeta.




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