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Deborah Cherem, por enviarnos temas interesantes para compartir con ustedes.
Siempre es posible encontrar nuevas formas que nos permitan “hacer la diferencia”, de una forma sencilla e inmediata. El ”personaje” que hemos elegido, es una muestra fehaciente de ello.
Hoy, en 365 Días de Valentía Moral, queremos referirnos al interesante proyecto Refrigeradores de Intercambio, que hace FOODSHARING, (Compartiendo Comida), una plataforma en linea, con sede en Alemania, donde se comparten los excedentes de alimentos de forma gratuita, resaltando la dimensión ética, sentimental, y de Valores,como una fuente de vida.
El propósito es el consumo colaborativo, basado en los excedentes alimentarios, para reducir la larga cadena que va del productor al consumidor.
Deborah Cherem, por enviarnos temas interesantes para compartir con ustedes.
Siempre es posible encontrar nuevas formas que nos permitan “hacer la diferencia”, de una forma sencilla e inmediata. El ”personaje” que hemos elegido, es una muestra fehaciente de ello.
Hoy, en 365 Días de Valentía Moral, queremos referirnos al interesante proyecto Refrigeradores de Intercambio, que hace FOODSHARING, (Compartiendo Comida), una plataforma en linea, con sede en Alemania, donde se comparten los excedentes de alimentos de forma gratuita, resaltando la dimensión ética, sentimental, y de Valores,como una fuente de vida.
El propósito es el consumo colaborativo, basado en los excedentes alimentarios, para reducir la larga cadena que va del productor al consumidor.
Con un universo hoy de 15.500 usuarios activos, Foodsharing, nació en Colonia, Alemania, en el 2012, y desde su aparición, ha conseguido salvar de la basura más de 10.500 kilos de comida.
La idea surgió después que el cineasta Valentin Thurn (uno de los fundadores de la web) rodara el documental Taste the waste - prueba los desechado-, donde precisamente se hacía hincapié en el desperdicio de comida que se practica en la actualidad.
Cuando la cinta vio la luz, varios panaderos contactaron con el director para preguntarle qué podrían hacer con el pan que no lograban vender al final de la jornada. Fue ahí cuando surgió la idea de poner en marcha este proyecto.
Refrigeradores de Intercambio, es una experiencia específica que se realiza en Berlín, Alemania, con base en la filosofía de la empresa FoodSharing, la cual instaló dos refrigeradores públicos de intercambio de alimentos.
El intercambio, es parte de la vida diaria en la cultura humana de Berlín. Es frecuente encontrar en el patio interno de los edificios, sobre la repisa de una ventana, la mitad de un paquete de café, precintado contra la lluvia, o una caja de galletas sin abrir. Los deja ahí algún vecino que no iba a consumirlos y que, en lugar de tirarlos a la basura, cae en cuenta de que a alguien podrían venirle bien.
La idea surgió después que el cineasta Valentin Thurn (uno de los fundadores de la web) rodara el documental Taste the waste - prueba los desechado-, donde precisamente se hacía hincapié en el desperdicio de comida que se practica en la actualidad.
Cuando la cinta vio la luz, varios panaderos contactaron con el director para preguntarle qué podrían hacer con el pan que no lograban vender al final de la jornada. Fue ahí cuando surgió la idea de poner en marcha este proyecto.
Refrigeradores de Intercambio, es una experiencia específica que se realiza en Berlín, Alemania, con base en la filosofía de la empresa FoodSharing, la cual instaló dos refrigeradores públicos de intercambio de alimentos.
El intercambio, es parte de la vida diaria en la cultura humana de Berlín. Es frecuente encontrar en el patio interno de los edificios, sobre la repisa de una ventana, la mitad de un paquete de café, precintado contra la lluvia, o una caja de galletas sin abrir. Los deja ahí algún vecino que no iba a consumirlos y que, en lugar de tirarlos a la basura, cae en cuenta de que a alguien podrían venirle bien.
La tendencia es “Nada se tira, todo se recicla”, y con el intercambio ganan todos.
En este espíritu colaborativo pre-existente, Foodsharing, instaló los dos refrigeradores públicos de intercambio de alimentos, para que los transeúntes puedan depositar y recoger comida de forma gratuita y desinteresada. Existen normativas establecidas mínimas, y además muy lógicas, por ejemplo, los alimentos depositados deben estar enteros y ser consumibles, no pueden haber caducado; no debe dejarse carne picada o productos con huevo o leche fresca que no estén cocidos, por cuestiones de salubridad; y aconsejan llevarse solo aquellos productos que se van a consumir en el día.
Las neveras se encuentran en el barrio alternativo de Kreuzberg, un distrito independiente y solidario que ha acogido la idea con entusiasmo, y en el 'Markthalle Neun', un mercado popular, en un antiguo quiosco de la calle Wilhelm.
Para Lisa Berger, hay un aspecto ético en esta iniciativa cuando expresa: "Queremos que los alimentos recuperen su valor, más allá de ser una simple mercancía". Nuestro proyecto ha resultado ser realmente útil, y cuenta con más seguidores de los que habíamos podido imaginar, y no hablamos solo de los particulares, sino también de mercados ecológicos, panaderías y restaurantes, que traen los excedentes a los puntos de intercambio, de modo que debemos ir pensando en aumentar su número".
Una de las usuarias de este intercambio, Anna Santaella, encantada de depositar unas coles chinas en uno de los refrigeradores, señalaba que “este intercambio genera un valor añadido de satisfacción que ninguna transacción comercial puede llegar a igualar”.
Puede resultar cuando menos curioso, que en un país considerado como de recursos económicos, surjan este tipo de iniciativas. Alemania puede parecer inmune a la crisis que afecta al sur de Europa, sin embargo eso no significa que sus habitantes no atraviesen por dificultades.
O que exista una super producción de alimentos que genere derroche. Algunos estudiosos se atreven a señalar a Alemania, como una de las sociedades que más ha producido desigualdades sociales, en los últimos años.
Lo cierto es que iniciativas como la de Foodsharing, crean la diferencia en un mundo de compulsivo consumismo. Es un ejemplo de Valentía Moral, en un aspecto tan esencial como en el tema de la comida para la supervivencia de la humanidad. El equilibrio es necesario, por ello la importancia de estos proyectos.
Felicitaciones a Foodsharing por hacer la diferencia!
FUENTES
www. Foodsharing.com
EL MUNDO. ES
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