"Mireme, no estoy tan loca como usted, soy como soy" - Zaz
A,
Soledad García, Gabriela Prieto y Diego Santos.
Nuestro personaje de hoy se destaca por su seguridad, alegría y soltura... pero ella se distingue por mucho más que eso... Sobresale por su cálida y quebradiza voz, hecha melodía.
Hoy, en 365 Días de Valentía Moral, queremos invitarlos a disfrutar con Zaz, la joven cantante francesa que llega a tocar el corazón de todos los que la escuchamos, incluso sin entender su idioma, pues su voz y sus melodías fascinantes, nos envuelven de manera inevitable.
Isabelle Geffroy, Zaz, en el mundo artistíco, nació en 1980 en Tours, la ciudad de los castillos, en Francia. Su madre fue profesora de español, y su padre trabajaba en una compañía eléctrica. La pequeña Isabelle estudió solfeo, violín, piano, guitarra y canto coral en un Conservatorio en Tours, junto a sus hermanos.
Años más tarde tomó clases de canto y kung fu, tras mudarse a Burdeos, donde se especializó en una escuela de música moderna; el CIAM de Burdeos (Centro para la Información y las Actividades Musicales).
Nuestro personaje de hoy se destaca por su seguridad, alegría y soltura... pero ella se distingue por mucho más que eso... Sobresale por su cálida y quebradiza voz, hecha melodía.
Hoy, en 365 Días de Valentía Moral, queremos invitarlos a disfrutar con Zaz, la joven cantante francesa que llega a tocar el corazón de todos los que la escuchamos, incluso sin entender su idioma, pues su voz y sus melodías fascinantes, nos envuelven de manera inevitable.
Isabelle Geffroy, Zaz, en el mundo artistíco, nació en 1980 en Tours, la ciudad de los castillos, en Francia. Su madre fue profesora de español, y su padre trabajaba en una compañía eléctrica. La pequeña Isabelle estudió solfeo, violín, piano, guitarra y canto coral en un Conservatorio en Tours, junto a sus hermanos.
Años más tarde tomó clases de canto y kung fu, tras mudarse a Burdeos, donde se especializó en una escuela de música moderna; el CIAM de Burdeos (Centro para la Información y las Actividades Musicales).
Su trabajo esta marcado por una variada influencia, desde Enrico Macias, Bobby McFerrin y Richard Bona, hasta ritmos africanos, latinos y cubanos.
A partir del año 2001, integró varios grupos musicales con sus amigos en los cuales el jazz era el estilo musical predominante. El gran despegue a la capital, Paris, se dio en el año 2006, donde junto a dos amigos que la acompañaron con sus instrumentos, se aventuró a cantar en los cabarets, piano-bars y calles del bohemio barrio francés Montmartre.
Allí se destacó, por interpretar un tema que ella misma compuso y titulo como "Je Veux" (Quiero), en el cual hace una critica al consumismo y a los prejuicios de la sociedad en la que vivimos, sin duda, un canto de libertad. Los vídeos de sus interpretaciones callejeras fueron virales en Internet, y fue gracias a esto que en el año 2010, firmo con una discográfica, que grabo su primer disco.
El resto es historia! Cuando se cuenta con el talento que le sobra a Zaz, la fama llega más tarde o más temprano. Y es así que la joven cantante que comenzó, tal vez, inspirada por los Castillos de Tours, es hoy conocida alrededor del mundo. Además, ha sido multipremiada, por sus canciones pegadizas, hechas con letras llenas de mensajes profundos y reivindicativos. Ya ha visitado países como Egipto, Siberia, Chile, Uruguay, Marruecos y hasta actuó en una mina de sal en Colombia.
Lo trascendental en Zaz, es que su música "ecléctica", de ritmos contagiosos, no están para nada "peleados" con los mensajes más significativos que nos brinda. Ella nos anima a pensar en la gente que sufre en Afganistán, Irak, Siria y otros países.
Nos recuerda la fuerza de la unidad, y hasta trata el tema del Alzheimer, al introducirse en la mente de un individuo afectado por esta enfermedad antes de que olvide, para abrazar con mayor intensidad todo, antes que desaparezca.
Su producción musical se funde en sus raíces y su amor por el jazz, y su voz ronca nos deleita con tanta fuerza, que nos eriza.
Es natural pensar que, tanta sensibilidad humana, no podía limitarse únicamente a dejar su legado musical, por ello, no nos toma de sorpresa su contribución a distintas organizaciones benéficas, que ayudan a victimas de guerras, enfermos, o personas con un bajo poder adquisitivo.
Cabe destacar su reciente participación en "Les Enfoirés", un reagrupamiento francés de artistas y personalidades famosas que se unen para cantar a beneficio de la asociación "Restaurantes del corazón", cuyo fin es la distribución gratuita de alimentos a las personas de menos recursos.
Zaz es una fresca mezcla de espontaneidad, alegría, música, dulzura e irreverencia... Es esa gota de agua fresca y renovadora en un mundo marchito y deshidratado. Indudablemente nos inspira a luchar por nuestros sueños, a ser nosotros mismos. A hacer la diferencia.
lacarabdelamusica.com
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