2 de mayo de 2014

Día 123: AYRTON SENNA, el Apasionado de la Velocidad, que Siempre se Acordó de los más Vulnerables.

Tengo miedo de la muerte y del dolor, pero convivo con eso. El miedo me fascina.
Ayrton Senna



El sábado 30 de Abril de 1994, Ayrton Senna presenció a través de su monitor en las instalaciones de Mc Laren, el accidente del austríaco Roland Ratzenberger, debutante en la competencia, mientras este realizaba las pruebas de clasificación para el Gran Premio de Imola, que tendría lugar al día siguiente.

Hoy, en 365 Días de Valentía Moral, queremos recordar y honrar al gran mito del automovilismo: el corredor brasileño, Ayrton Senna Da Silva, un hombre apasionado por la velocidad, íntegro en sus valores humanos y religiosos, preocupado siempre por los demás, en general, y por la seguridad de las vidas de sus compañeros en las pistas, en particular.

Hay cosas que están prohibidas en la Fórmula 1. Una de ellas es que un piloto se acerque al lugar donde ha ocurrido un accidente en el circuito. Sin embargo, cuando Senna vio el accidente de Ratzenberger, sin pensarlo un instante, tomó el primer coche que consiguió, y se dirigió al lugar del suceso, donde ya se aglomeraban los médicos, ambulancias, y otras personas para saber lo ocurrido con el austríaco.

Senna lo hizo, a sabiendas de que estaba prohibido, pero le dio prioridad a su parte humana, y quiso estar allí y ver con sus propios ojos el accidente. Alli supo que el novato habia fallecido.



Ese día, tras realizar su propia prueba de clasificación, el brasilero se encerró en su camerino, solo, y lloró profundamente por la muerte del joven piloto. Cuando su amigo y Médico de la Fórmula 1, fue a verlo, Ayrton le confesó que mas que temor, lo que tenia era un “mal presentimiento” sobre la carrera del día siguiente, y que no quería correr, a lo cual el doctor le dijo: “No corras entonces. Vete mañana a pescar”.

Pero Senna le replicó: “Hay cosas que no se pueden detener. Tengo que correr mañana”.

Esa misma noche, Ayrton llamó por teléfono a su novia y compartió con ella sus temores.
Salió el sol del día 1 de mayo de 1994. Antes de comenzar la carrera, Senna, ya totalmente listo para la competencia, apoyó las manos en el alerón trasero de su coche, y se quedó en silencio, observándolo fijamente, durante casi un minuto.

Nelson Picquet, piloto brasilero, tricampeón mundial de Fórmula 1, más tarde diría que “esa escena había sido escalofriante”.


Existen muchas versiones sobre lo que sucedió ese día, pero al final de cuentas, lo trascendental fue que Ayrton Senna, en la séptima vuelta, tomando la curva de Tamburello, perdió el control del coche, estrellándose a 270 Kms. por hora, y muriendo casi instantáneamente. Tenia 34 anos.

Nacido el 21 de marzo de 1960 en Sao Paulo, a los ocho años su padre le compro su primer “kart” de verdad. “Era mi juguete preferido. Solo me encontraba bien sentado en él y entrenando, cada vez más”, contaba el corredor.

“La otra faceta de Senna, mucho mas desconocida sobre el, es su gran generosidad, sus principios y valores", recuerda Ron Dennis.

Fueron estas caracteristicas las que lo motivaron a crear una fundación para niños con carencias. Y aquí cabría adjuntar una anécdota que muestra como Ayrton se preocupaba por ayudar a la gente.

Ocurrió en una tienda, tras el Gran Premio de Adelaide en Australia,. Senna estaba comprando maletas, cuando repentinamente se apareció un periodista inglés y le pregunto: "¿Para qué compras estas maletas?".

La respuesta de Senna fue: "Las necesito para transportar zapatos", mostrando una lista de 75 personas con el número que calzaban, al lado de cada nombre.
Todas esas personas trabajaban para la Fundación Senna que ayudaba a los pobres de Sao Paulo.
"Cada uno tendrá un par de zapatos elegido por mí", sonrió el triple campeón del mundo. Veinte años después, el periodista recuerda todavía esta escena.

Hace 2 días, el 1 de mayo, se conmemoraron veinte años de la partida del gran piloto brasilero. Para la ocasion, se organizo un homenaje justamente en la Curva de Tamburello.
En Ímola, donde los Fórmula 1 ya no corren desde hace tiempo, se develó un busto de Ayrton, como preludio de cuatro días de conmemoración en el viejo circuito italiano. El evento estuvo a la misma altura del talento de Senna en la pista, de su determinación, y de la gran pasión con la que siempre compitió el emblemático piloto.

Senna marco la vida de mucha gente debido a su manera especial de ser. Con melancolia, muchos recuerdan sus sonrisas, sus bromas, su amabilidad con aficionados y periodistas, y todos los elementos que hicieron de él un gran líder, lleno de carisma, durante una década, en la que millones de telespectadores vibraron con sus carreras y se daban cita los domingos para asistir a sus victorias.

Pese a ser considerado el más grande de la Fórmula 1, Ayrton Senna siempre mantuvo su humildad, y nunca olvido a los más necesitados. Senna supo hacer la diferencia. Su atrevimiento y genialidad como piloto de autos, unidos a su don de gente, enamoraron a sus aficionados, quienes lo idolatraban.

El ídolo brasileño escribió páginas de leyenda en la Fórmula 1, y la huella sigue siendo muy visible.







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